Amenazas y homicidios son parte de la vida cotidiana de miles de periodistas que salen a la calle a buscar la verdad en México.

La serie “Tijuana“, producida por Netflix, es un retrato del oficio del periodismo en un país en donde cada 16 horas es agredido un periodista, según la organización sin fines de lucro, Artículo 19.

Tamara Vallarta, Damián Alcázar, Rolf Petersen, Claudette Maillé, Teté Espinoza, Iván Aragón y Rodrigo Abed son parte del elenco de “Tijuana”.

“Los periodistas se acostumbran a vivir con la muerte a un lado y piensan que eso es normal, pero no lo es”.

Inspirada en la historia del semanario “Zeta“, la serie de 11 capítulos narra la experiencia de los reporteros de “Frente Tijuana“, publicación ficticia que sirve de base para los reporteros. Según muestran en la serie, este es centro de comando, pero también el espacio de escape o conexión de los trabajadores de la información.

Desde el punto de vista periodístico, además de la constante amenaza contra la libertad de prensa, la serie presenta diversas situaciones que se viven a diario en una sala de redacción. Llaman la atención las representaciones de conflictos éticos y batallas editoriales cotidianas de una publicación. De la misma forma, se destacan debates como el discrimen por edad y género, la vinculación emocional del periodista con sus entrevistados y la poca valoración de su trabajo en la sociedad. Tendencias como la digitalización de los medios de comunicación, la sed por la primicia y las preocupaciones que puede traer para una empresa periodística la evolución de la industria también forman parte de esta serie.

Otro aspecto relacionado a la profesión que puedo destacar de la serie, es la importancia de la curiosidad, el deber de escuchar a las personas (y salir de la redacción) y el gran valor de la observación en todo momento. Definitivamente, se presentan estos tres ejercicios básicos de la profesión que vale la pena repasar con mayor frecuencia.

Además, la serie plantea el impacto emocional, físico y social que trae consigo la profesión. La sobrecarga de trabajo, la incertidumbre laboral y el descuido de la vida social y familiar, son solo algunos aspectos que se presentan desde el punto de vista humano.

Aunque en algunos aspectos podría percibirse idealista, las representaciones del periodista que se suscitan en “Tijuana” son un retrato de la realidad. Ante una profesión (y una industria) donde el cambio es la norma, vale la pena repasar cómo las bases éticas del periodismo y el riesgo de ejercerlo se presentan en esta serie.

¿Viste “Tijuana”? Hablemos.